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Guatemala, un país de negocios (MINECO)

Guatemala es una ventana de oportunidades para la inversión.

La percepción sobre la situación económica actual, un ambiente de negocios cada vez más positivo y la evolución del desarrollo económico de Guatemala en un futuro próximo son sumamente alentadores.

Esta favorable situación se debe a ventajas competitivas, como ubicación geográfica, ser la economía más grande de Centroamérica y poseer el mayor mercado de consumo con aproximadamente el 35% de la población de la region. Además, el país ofrece diversos sectores productivos con potencial para seguir desarrollándose, como la manufactura ligera, servicios, telecomunicaciones, tecnologías de la comunicación y generación eléctrica, entre otros.

Es por ello que la fortaleza y estabilidad de la economía guatemalteca se reflejan en las proyecciones de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevén que registrará un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) del 3.1% en 2017 y de 3.4% en 2018. Al respecto, el FMI asegura que estas perspectivas alentadoras se deben a un déficit fiscal por debajo del 2% y a una inflación bajo control.

Según la información, en los últimos trimestres, el crecimiento del PIB ha sido impulsado por las actividades de industrias manufactureras, servicios privados, agricultura, ganadería, comercio, transporte y comunicaciones.

Comercio exterior

Como reflejo del dinamismo de su economía, las ventas al exterior de Guatemala se han mantenido por encima de los US$10 mil millones desde el año 2013, habiéndose duplicado el monto total en la última década.

En cuanto a las importa

ciones, la cifra alcanzó los US$17 mil 002 millones en 2016. Los principales productos son combustibles y lubricantes, además de materias primas para la industria. Las compras desde el exterior provienen especialmente de Estados Unidos, México, China, y la Eurozona, representando el 79.6% del total comprado.
Un aspecto importante para el comercio es que Guatemala integra con el vecino Honduras el primer territorio aduanero conjunto de Centroamérica, que le convierte en un nuevo imán de inversiones por las ventajas que ofrece, entre ellas un área común para la circulación de mercancías de más de 221 mil kilómetros cuadrados, lo que equivale al 52% del territorio de la región. Se prevé que El Salvador se adherirá próximamente.

Lo anterior también significa un mercado potencial de más de 23 millones y medio de habitantes.

Ingreso de divisas

El envío de remesas por parte de guatemaltecos que viven fuera del país se ha convertido en un indicador importante para la economía nacional. En 2016, de cada US$100 del PIB, US$12 provenían de remesas familiares.

Este flujo de divisas ha mejorado el poder adquisitivo de miles de sus habitantes, especialmente en la provincia. Según el Banguat, en 2016 se recibieron US$7 mil 159 millones por ese rubro.

Se estima que 6.2 millones de personas en el país reciben remesas, de las cuales el 49.8% se utiliza para inversión y ahorro. El 73.6% de las transacciones se hace por medio de los bancos del sistema nacional.

Los visitantes extranjeros constituyen otra fuente de ingreso de divisas. En 2016 visitaron Guatemala 1.9 millones de turistas, quienes dejaron US$ 958 millones, un 3% más que en 2015. El promedio de gasto diario de estos visitantes asciende a US$85.

Cifras

Una de las características del país es su estabilidad macroeconómica. Indicadores como la inflación y el tipo de cambio son estables.
En 2016 la inflación se mantuvo en un 4% y se prevé que a diciembre de 2017 se ubique en un 4.5%.

El tipo de cambio del quetzal en relación al dólar estadounidense se ha mantenido estable por varias décadas, lo que le confiere fortaleza a las transacciones comerciales.

Por aparte, el nivel de Reservas Internacionales Netas (RIN) continúa fortaleciéndose. Este indicador a diciembre de 2016 registró un monto de US$9 mil 087 millones. Destaca que el crédito bancario al sector privado sigue en crecimiento y en el mismo período, creció 5.2%, en tanto que el crédito en moneda nacional aumentó 8%.